VICTOR ZIMMERMANN: «DEBEMOS DISCUTIR TRANSFORMACIONES DE FONDO Y NO SOLAMENTE GANANCIAS»
Cuando gobernaba Raúl Alfonsín, del total de impuestos nacionales, el 54% iba a las provincias y el resto se quedaba en el Gobierno Nacional. Actualmente, del total de impuestos nacionales coparticipables que se recaudan en la Argentina, las provincias reciben menos de un 35%.
Evidentemente, la lucha por el federalismo sigue vigente y creo que ésta es una clara oportunidad, no solo para discutir la reforma tributaria, pagando más impuestos patrimoniales y menos al consumo, como el IVA que afecta fundamentalmente a la canasta básica; sino que es un momento para rediscutir la coparticipación y que las provincias, que son las dueñas de la actividad económica, reciban un porcentaje más alto de la distribución de impuestos totales como compensación.
Con los impuestos que se queda, la Nación debería acudir en ayuda de las provincias argentinas más postergadas; esto podría formar parte de un pacto mediante el cual, las provincias junto al Gobierno Federal se comprometan a una verdadera reforma de fondo, con políticas públicas que acompañen lo previsional, la reforma laboral, el comercio exterior, el régimen impositivo y fiscal, la reforma de los partidos políticos, para tener otro país.
Estamos ante una oportunidad histórica; pero reitero, la discusión que están planteando los
Gobernadores no es sólo restituir un ingreso como el Impuesto a las Ganancias, sino impulsar transformaciones de fondo, y a partir de allí, avanzar hacia un país diferente.
Esto podría fortalecer al Gobierno Federal, para salir al exterior con un pacto de transformación económico y social, que nos permitiría en el tiempo modificar las variables macroeconómicas e incidir positivamente en la micro, es decir, en los recursos que impactan directamente en la gente.
En este momento, con la suspensión la obra pública nacional, la eliminación de los subsidios al transporte, la incertidumbre en relación al financiamiento de las cajas previsionales y al financiamiento educativo, que tiene impacto directo sobre la vida de millones de argentinos de todas las provincias; se presenta una oportunidad única para discutir la distribución de la enorme cantidad
de fondos que recibe la Nación, a partir de impuestos que no son coparticipables.
Para ese nuevo esquema distributivo, habría que evaluar, por ejemplo, el ingreso per cápita, el desarrollo en infraestructura, las condiciones que tienen cada una de las regiones para desarrollarse y poder competir entre iguales. Basta con mirar los datos del Indec sobre le ingreso per cápita familiar, para comprobar las enormes desigualdades entre los distintos distritos, con la Ciudad de Buenos Aires en la cima con $210.000 mensuales, mientras el Chaco se ubica en el último lugar con apenas $58.000.
Abordar estas desigualdades sería un verdadero federalismo; y permitiría mostrar al mundo que las transformaciones se están haciendo en la Argentina, que estamos abandonando el populismo, que a partir de un gran acuerdo nacional volvemos a ser confiables y poder darle valor agregado en origen a cada una de las economías regionales.
Es imprescindible cambiar el esquema de ingresos, enfocándonos en la reconversión de tantos programas sociales, capacitándolos para su inserción laboral, fundamentalmente en el sector productivo, para que tantos miles de compatriotas del interior más profundo no tengan que migrar en busca de un futuro mejor. Basta de mirar desde el puerto de Buenos Aires hacia afuera y miremos un
poco más hacia adentro.
En tiempos de tanta incertidumbre, se abre una enorme oportunidad para acordar el país que queremos, ese que soñaron nuestros abuelos; sabiendo que a la hora de sentarnos alrededor de una mesa debemos estar dispuestos a ceder en nuestras pretensiones, buscando las coincidencias y trazando un plan que perdure en el tiempo, comprometiéndonos con ese objetivo. Ejercer el poder no es someter a los adversarios, es convocar a todos y liderar el camino para que nuestro pueblo esté mejor.
Senador Nacional UCR Chaco