Provinciales

Recordar para reparar 1924-2024: a 100 años de Napalpí, la importancia de mantener la memoria activa

Por Hugo Maldonado

Precisamente, el 19 de julio de 1924 se cumplen 100 años de la masacre de Napalpí, lamentable hecho donde fueron asesinados más de 500 pobladores originarios qom y moqoit en la «Reducción de indios» en Chaco, mientras reclamaban por mejores condiciones de vida.

La «Reducción de indios» de Napalpí, está ubicada a 135 km aprox. de Resistencia en El Aguará, Chaco. Allí, alrededor de mil indígenas del pueblo qom y moqoit realizaban una medida de protesta en reclamo por alimentos. En el expediente FRE 9846/2019, caratulado “Masacre de Napalpí s/ Juicio por la Verdad”, días antes habían negociado con el gobernador Fernando Centeno algunas mejoras a sus vidas, entre ellas la entrega de comida porque hacía días que no comían.

La crueldad se manifestó a través un avión biplano Curtiss JN-90, que sobrevoló la zona y comenzó a arrojar comida y caramelos. La gente, cuando se juntó para recibir lo que les estaban dando, especialmente niños, empezaron a sentir las balas. Entre 400 y 500 mujeres, niños, hombres y ancianos fueron asesinados. Mediante la reconstrucción de la causa, se pudo develar que más de 5 mil balas fueron utilizadas de forma ininterrumpida.

La planificación de esta matanza, provino desde el Estado nacional, junto a las autoridades provinciales y hacendados, donde intervinieron además policías, gendarmes y civiles armados.

Parte de este genocidio indígena fue cometido por el Estado argentino, cuyo reconocimiento y reparación aún sigue en proceso. La búsqueda de la verdad sobre estos hechos surgió del mismo pueblo qom y moqoit, a partir de la recopilación y escritura del historiador qom Juan Chico, que falleció durante la etapa de investigación de la causa judicial. También fue crucial el testimonio judicial de Rosa Grilo, quien declaró a los 114 años como la única sobreviviente de la masacre, y que falleció en abril de 2023.

El 30 de junio de 2022, la sentencia histórica tuvo como objetivo la búsqueda de la verdad y la reparación más que la condena penal. Este proceso tuvo de referencia el realizado por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en la Cámara Federal con sus desaparecidos.

Este juicio promovió la interculturalidad, y se apoyó en el relato oral de hijos y nietos de descendientes de víctimas, permitiendo el uso de la lengua a integrantes de una historia que fue mucho tiempo olvidada por el Estado.

La sentencia, histórica e internacional, reconoció la matanza como delito de lesa humanidad, y condenó al Estado por estos asesinatos que los catalogó de homicidio agravado con ensañamiento con impulso de perversidad brutal y reducción a la servidumbre.

El veredicto solicita una serie de medidas reparatorias y crea una unidad ejecutora, para garantizar su cumplimiento.

El rol de la unidad ejecutora
Conformada por la Fiscalía Federal de Chaco, las secretarías de Derechos Humanos de la Nación y la provincia, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, el Instituto del Aborigen Chaqueño y la Fundación Napalpí; desde el fallo, se avanzaron con el cumplimiento varias medidas reparatorias. Por ejemplo, la formación a las fuerzas federales con perspectiva en interculturalidad, en 2023 y la elaboración de un protocolo de actuación. También se capacitó en educación provincial y nacional incluyendo en la currícula la Masacre de Napalpí y el genocidio indígena.

Continuando con el fortalecimiento de las políticas públicas de prevención y erradicación del odio, racismo, discriminación y xenofobia, para garantizar la perspectiva de los pueblos indígenas, seguimos pregonando a 100 años de la masacre de Napalpí, por la memoria, verdad y justicia, y la importancia de recordar para reparar.

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