¿QUE ES LA IVERMECTINA?: el medicamento no autorizado por la ANMAT que La Pampa empezará a usar contra el coronavirus
Otras cinco provincias la utilizan para tratar la enfermedad. La Sociedad Argentina de Infectología dice que aún no hay evidencias de calidad que justifiquen su aplicación de forma masiva.
A pesar de que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) todavía no aprobó su uso, cada vez más provincias incluyen a la ivermectina en los protocolos para pacientes con coronavirus: Misiones, Salta, Chaco, Corrientes y Tucumán ya la utilizan y ahora se sumó La Pampa. El fármaco antiparasitario dio resultados positivos in vitro contra el SARS-CoV-2 y en algunos estudios clínicos acotados, pero aún está en investigación.
Se trata de una de las 15 sustancias que actualmente son analizadas en el país para tratar el coronavirus, es decir, que cuenta con estudios clínicos autorizados por la ANMAT. La ivermectina está autorizada como medicamento antiparasitario tanto en la medicina humana como veterinaria. Su eficacia contra el coronavirus no está comprobada, pero la venta aumentó en los últimos meses porque algunas personas -incluidos médicos- la utilizan como un tratamiento preventivo.
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Algunas evidencias señalan que existe una mejoría en el 30% de los enfermos tratados con este antiparasitario, pero no hay pruebas que indiquen que sirva para prevenir el contagio de COVID-19. Es que el estudio piloto de la eficacia del medicamento en estadios tempranos de la enfermedad aún se encuentra en fase II.
La ivermectina se vende solo bajo receta, ya que no es una droga inocua y aún en dosis terapéuticas puede provocar un número frecuente (>10%) y considerable de efectos secundarios adversos. Los resultados preliminares (sin publicación ni revisión de pares) de una investigación realizada en la Argentina evidenciaron que su administración al triple de dosis habitual en 45 pacientes habría producido mayor eliminación del virus en secreciones respiratorias, pero sin correlación con mejoría clínica.
Mientras tanto, en humanos y para infecciones por SARS-CoV-2 se proponen esquemas con dosis tres veces superior a la normal sin ponderar efectos adversos. El costado positivo, aunque no comprobado, es que el uso de esta sustancia se asocia con una duración reducida de la enfermedad febril de coronavirus en un entorno ambulatorio, es decir, en pacientes no hospitalizados. Se cree que tendría un efecto inmunomodulador, que ayuda al organismo a fortalecer su respuesta inmunogénica, a tal punto de que el organismo puede defenderse de mejor manera.
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Quienes están a favor de uso argumentan que bajaría la carga viral de los casos de COVID-19 durante los primeros días. Sin embargo, para la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), la evidencia científica en curso que evalúa el uso de ivermectina sola o combinada con otras drogas para la prevención y/o tratamiento de la infección por SARS-Cov2 “es de muy baja calidad” hasta el momento. “No han reportado datos claros de eficacia clínica”, afirmó en un comunicado. Remarcó, además, que la sustancia “no es una droga inocua” y que incluso dosis terapéuticas “pueden provocar un número frecuente y considerable de efectos secundarios adversos, desde leves a graves”.
Por último, recordó que la utilización de una medicación en carácter de uso compasivo solo se encuentra autorizada para pacientes debidamente identificados, lo que excluiría, por el momento, la utilización de la ivermectina en forma masiva. “Mientras no existan evidencias de mayor calidad, SADI recomienda que no se la utilice para el tratamiento y/o profilaxis del SARS-CoV2 al margen de estudios bien diseñados, debidamente registrados y que sean éticamente aceptables”, concluyó.