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Nacionales: la odisea de una enfermera que se vio obligada a caminar más de 10 kilómetros para ver a sus hijos

A pesar de acreditar que era trabajadora esencial, la demoraron 4 horas en un retén. Luego caminó desde General Lavalle hasta San Clemente del Tuyú por la ruta, de noche y bajo la lluvia. Para colmo, la acusaron de escaparse de un centro de aislamiento de COVID-19

Yanina Marchesani es enfermera y el fin de semana vivió una verdadera odidea cuando quiso volver a la ciudad de San Clemente del Tuyu para visitar a sus dos hijos, a los que no veía desde hace semanas a causa del aislamiento. Primero estuvo demorada 4 horas en un control en la General Lavalle porque la policía pretendía que hiciera una cuarentena de 14 días antes de entrar al municipio. Luego, se vio obligada a caminar más de 10 kilómetros (de noche, con frío y lluvia), para llegar a su casa. Y para colmo, la acusaron de escaparse de un centro de aislamiento de COVID-19.
Marchesani se mudó a la ciudad de La Plata a principios de abril para trabajar en dos sanatorios privados: uno en Ensenada y otra en la Ciudad de Buenos Aires. Como trabajadora esencial cuenta con los permisos para circular libremente, pero eso no le sirvió de nada el último fin de semana en el retén policial de General Lavalle.
Según relató a varios medios locales, su auto particular estaba averiado y para poder llegar debió pagar un remis. Cuando se encontraba a 25 km de su destino, fue retenida en un control Policial. Las autoridades le pidieron que se dejara trasladar a un hotel en San Bernardo para cumplir con la cuarentena de 14 días, a pesar de que un decreto municipal la exime por ser trabajadora esencial.
Antes las dificultades para cruzar, el auto que la había llevado se fue y quedó sola en el medio de la ruta. Dispuesta a ver a sus hijos, y luego de varias horas de discusiones, la enfermera se amparó en el artículo 1 del decreto 345 y con toda la documentación en mano (domicilio en La Costa, matrícula de Enfermería, y el resultado del PCR para coronavirus) empezó a caminar hacia San Clemente.
“Me querían llevar a un hotel, a lo que me negué. Y me fui caminando a casa”, contó. Caminó 16 kilómetros sola en medio de la noche y bajo la lluvia. En medio de ese calvario, a los pocos kilómetros la alcanzó una patrulla municipal que intentó persuadirla –según contó– para regresar al control. Se negó. Esa discusión se prolongó por otra media hora más. Sin llegar a un acuerdo, la mujer empezó a caminar de nuevo.
A los pocos minutos de continuar con la caminata, notó que la patrulla venía siguiéndola. Sin embargo, no solo la acompañaron a paso de hombre alumbrando el camino. Luego se enteró de que los agentes municipales la habían grabado y compartido el video en redes sociales con comentarios de que ella había escapado de un centro de aislamiento.
Recién cuando restaban 9 kilómetros le ofrecieron llevarla. “Cansados de verme caminar, me subieron en la parte trasera de la camioneta y me alcanzaron hasta la entrada de San Clemente”, contó la mujer, que en los días siguientes al episodio tuvo que soportar que se reprodujera la mentira sobre su supuesto escape de un centro de aislamiento para pacientes con Covid-19.
La mujer explicó que era la segunda vez que intentaba regresar a su hogar para visitar a sus hijos y que en la primera oportunidad entró sin problemas. “Hubo mala intención de parte de los agentes municipales”, enfatizó.
En los próximos días Marchesani acudirá a la justicia debido a que el video que se difundió en los medios locales y en las redes sociales le trajo muchos problemas. “Hay de todo. La gente que vio el vídeo oficial primero me agredió y después al ver mi explicación, me defendió”, concluyó.
Fuente: Infobae

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