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Nación: Ricardo Darín y Adrián Suar en busca de quórum en la Cámara de Diputados

A casi 150 días de cuarentena, es un buen momento para señalar algunas paradojas políticas que trajo la pandemia

Una paradoja insólita asoma en la fotografía actual de la política argentina. La tradicional y atildada centro derecha gana la calle mientras la habitual progresía revolucionaria se queda en casa. Los extremos se invierten y exigen un doble esfuerzo intelectual para poder entender el fenómeno. Y, sobre todo, sus consecuencias.
Aún no se sabe si volvieron mejores o peores —es pronto para sacar conclusiones— pero está claro que el COVID-19 le quitó al kirchnerismo una de sus herramientas fundamentales a la hora de dar las batallas más fuertes de su gestión: la militancia en acción, la militancia en la calle, la militancia (según ellos mismos) equilibrando el poder mediático y económico tradicional.
Esa militancia que fue soporte fundamental de los momentos mas épicos de los 12 años del peronismo en el poder y que ahora mira por televisión cómo los “libertarios”, los macristas y la oposición en general saca cacerolas y banderas y les arrebata su sitial histórico.
La falta de esa herramienta se nota y los descoloca. Por varias razones. Pero sobre todo porque la mística de ese núcleo duro se sostiene hoy solo a fuerza de escasos y disímiles 140 caracteres de vez en cuando. Son los tuits que tipea CFK cuando el tema y/o su ansiedad personal lo justifican.
Por alguna razón ese hueco espacial y comunicacional no está siendo llenado por el heredero. No son pocos los que le piden, exigen, recomiendan, a Máximo Kirchner que salga a la cancha.
Él prefiere esperar y callar en público. O usar el recinto como caja de resonancia. Como en la ultima sesión de Diputados, donde como jefe de bloque cerró el debate de la moratoria y aprovechó para bajar línea mucho mas allá del tema impositivo. Luego esas palabras fueron viralizadas entre la militancia mediante piezas editadas de audio y video por WhatsApp, al mejor estilo Marcos Peña.
Otra paradoja política que trajo esta pandemia… ‍
Pero a decir de la oposición Máximo va a tener que esperar un rato largo para volver a hacer uso de su verba en la Cámara. Desde la Costa Azul y por Zoom Mauricio Macri ordenó a sus diputados no volver a sesionar de manera remota. La idea es no habilitar el debate de la reforma judicial ni ningún otro tema que no esté relacionado con la pandemia. El acuerdo oficialismo-oposición en este punto está caído.
Pero Sergio Massa no parece alterado. La llave para que el macrismo vuelva por su propia cuenta al recinto virtual está en la Ley de fomento al Turismo y la Cultura que fue votada esta semana en el Senado.
“¿Como vamos a conseguir quórum? La industria del espectáculo es una de las más castigadas, pensamos en una ley que proteja y ampare a los actores y productores, entre otros. ¿La oposición no va a bajar al recinto? El quórum lo van a conseguir Ricardo Darín y Adrián Suar, no nosotros…”, se ufanan en la oficina más iluminada de todo el Congreso.
De todas maneras son varias las cuentas pendientes que la cada vez más consolidada dupla del Congreso, Max y Ser, tiene pendiente. La militancia, esa a la que le arrebataron la calle, sigue esperando la ley de contribución extraordinaria por única vez para las mayores fortunas del país, proyecto que parece estar siendo trasladado por el general Alais.
(NdR: si entendiste la ironía sos grupo de riesgo; si no, googlealo).
Pero también exige el cumplimiento de una promesa de campaña: la ley de aborto seguro, libre y gratuito.
Ellos aseguran que ambos temas saldrán del Congreso en 2020. Pero para eso necesitan que las paradojas actuales empiecen a revertirse. Si bien el viernes un gran ramo de perejil le llegó a Alberto Fernandez a la Casa Rosada, como recordatorio de su promesa de género durante la campaña, la sanción del aborto va a necesitar nuevamente de la movilización de las pibas como presión, sobre todo, para el Senado. Los 140 votos de diputados están y si no Massa, esposo de la militante verde Malena Galmarini, tendrá que divorciarse.
Para eso igual faltan aún algunos meses. Mientras tanto el Gobierno deberá intentar que los logros no se le desvanezcan tan rápido como en los últimos días. Ni la salida del default ni el anuncio que se empezaba a fabricar la vacuna contra el Covid en el país logró darle más que horas de respiro a la administración albertista.
El Presidente deambula entre su discurso previo a las PASO, donde era un perfecto militante antigrieta, a erizarse cuando termina de hojear los diarios o hacer zaping nocturno.
Ayer todos se quedaron atados a lo que dijo del dólar ahorro, pero hubo muchas más definiciones de fondo ante Eduardo Aliverti.
Alberto Fernández tiene una característica. Es muy empático con sus interlocutores de turno. Por eso cada persona que sale de su despacho cree haberlo convencido y después, muchos se desilusionan cuando lo ven tomar otro rumbo.
Quizás el origen claramente progre o de izquierda del histórico conductor radial hizo que el Presidente empezara parafraseando a Axel Kicillof y terminara siendo absolutamente funcional a la grieta
Veamos:
—Llega un momento en que lo que hacen los medios se nota mucho, mucho… (Axel dixit).
—Ellos (los medios) están en contra de la reforma judicial porque con la reforma pierden mucha influencia.
—En medio de las negociaciones los diarios argentinos hablaban igual que los bonistas. Es que los bonistas y los diarios son lo mismo.
—Es cierto que tenemos diez mil millones de dólares de disponibilidad en el Banco Central. Es exactamente los mismos que nos dejó Macri…
—Los que gobernaban la argentina creían que ser condicionados por el FMI era estar integrados al mundo. Cuando renovamos el swap con China pedimos sacar una cláusula que pedía estar monitoreados por el fondo y nos dijeron que eso lo había pedido el gobierno anterior. ¿Se entiende? El Gobierno argentino exigía ser monitoreado por Christine Lagarde.
—¿Qué hacia la AFI dándole teléfonos encriptados a personas que ni siquiera eran funcionarios (en referencia a Nicolás Caputo)? Ni yo tengo un teléfono encriptado.
—Si hoy estamos sufriendo situaciones complejas con las fuerzas de seguridad (en referencia a la desaparición de Facundo Astudillo) es porque en este país se condecoró a Chocobar…
Si hubiera estado en un acto de esos que La Cámpora añora, cada uno de esos párrafos habrían merecido un estruendoso aplauso.
Y a esta altura, después de ocho meses de gobierno, cabe preguntarse de quién es la culpa (si hubiera culpa), si del huevo o la gallina.
Mucho se escribe sobre la presión que ejerce Cristina en Alberto. Pero todas las características personales y políticas de moderación y de intento de diálogo con todos los sectores propias del Presidente terminan estallando por el aire cuando los factores de poder (que siguen sin digerir la elección de octubre pasado) presionan de más y en publico.
El fin de semana pasado, por ejemplo, anunciaron un aumento de las naftas que no estaba decidido y que, encima, se lo endosaron como responsabilidad a CFK. El resultado está a la vista.
Paralizaron el tema. Nada indica hoy que se vaya a aumentar la nafta a pesar de los gritos del sector y del propio Nielsen, presidente de YPF, que llora por los rincones por los duros momentos de la empresa.
El establishment sigue sin entender cómo llevarse con el kirchnerismo. Vayan entendiendo que claramente no es con presión pública. O, mejor dicho, vayan sabiendo que cuanto más presionen para un lado, más se irán para el otro lado.
Es el nunca bien ponderado efecto adverso.
Y en el caso de la dupla presidencial, si siguen por el mismo camino lograrán que Fernández se recueste aún más en Fernández.
Bonus Track 1
La discusión por el aumento de los combustibles no es lo único pendiente en el área energética. También está en danza la Ley de hidrocarburos que terminará en el Congreso y varias cuestiones tarifarias más. Dicen que los próximos días serán claves y que dos nombres asoman como posibles sucesores del renunciado, en los hechos, secretario de Energía Sergio Lanziani.
Dos Federicos suenan en la grilla. Bernal, el titular del Enargas, y Basualdo, el titular del ENRE. De esa manera se mantendría el cupo de cuotas partes, tal como fue repartiendo el poder en las distintas áreas Alberto Fernández. Ambos responden al kirchnerismo de paladar negro.
Bonus Track 2
Martín Guzmán subió varios niveles en el Fornite del poder. Liberado del default y con un horizonte que recién se despejará en diciembre (post elección en Estados Unidos) para negociar con el FMI, el ministro ya ha empezado a demostrar que su espíritu zen no es contradictorio con dar batalla cuando se le meten en su camino. El recelo de hoy tiene tufillo diplomático. En el alrededor de Guzmán insisten en que Felipe Solá fue quien filtró la información sobre las consultoras contratadas en Estados Unidos para hacer lobby pro Argentina, y devuelven la gentileza enfatizando que el ex gobernador bonaerense que imaginó su 2020 en aeropuertos de todo el mundo y terminó en su chacra de Luján por la pandemia no está a la altura de los desafíos diplomáticos que se vienen.
¡Un canciller por acá!
Bonus Track 3
El autor de la carta, Matías Turiacci, y su hermano Pablo, vicepresidente segundo de la institución, terminaron renunciando a la comisión directiva. Todo por una rencilla política fuera de contexto
Es que Roberto Larrosa, presidente de Sacachispas e hijo del mítico militante radical Beto Larrosa, creyó que sus correligionarios se iban a enojar y les echó en cara a los Turiacci no haberle informado por anticipado el contenido de la misiva.
Lo paradójico es que Larrosa terminó facturando en lo personal mediáticamente la excelente prosa de Turiacci.
Eso en mi barrio, Villa Soldati, no se hace, Larrosa…
Fuente: Infobae
 

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