Nación | Coronavirus y empresas: la industria textil dio un volantazo en su producción para subsistir
Fabricaba hilados y durante tres meses adecuó la planta para producir barbijos. La historia de la empresa Galfione para adaptarse a la crisis.
En 1947, Hugo Galfione decidió instalar una fábrica de medias Galfione. Con esfuerzo, la compañía fue creciendo, se incorporó el área de hilandería que se transformó en el corazón de la empresa radicada en Almagro, en un terreno de 8, 66 por 40 metros. En plena crisis de 2001, se mudaron una planta en Villa Soldati ya con la segunda y tercera generación: Rubén Galfione y sus hijos. Dos décadas después, la pandemia de coronavirus obligó a repensar el negocio para sortear una nueva crisis. Se evaluaron opciones: el 20 de marzo de 2020 las fábricas cerraron, el horizonte de reapertura era incierto y el mercado interno se iba a resentir.
La empresa Galfione y Cía. fabrica hilados de fibra sintética que abastece a tejedurías de punto y planas y al momento de iniciar la pandemia tenía unos 100 empleados. El cierre de la actividad de marzo determinó que la fábrica pasara “a cero, sin perspectiva de volver a ponerla en marcha. Teníamos la asistencia para pagar parte de los sueldos con los ATP pero rápidamente nos reconvertimos y trajimos una máquina para fabricar barbijos”, señala Luciano Galfione. Lo de “rápidamente” tiene una temporalidad distinta a lo cotidiano. Tardaron tres meses en poner en funcionamiento una máquina comprada en China por 15 millones de pesos, dos tercios de los cuales fueron financiados por un crédito blando vía Fondep.
Cuando llegó la máquina, llegaron también otros inconvenientes: el 70% estaba armada pero para el resto no había manuales sino videos mostrando cómo se había desarmado. Con la máquina funcionando, comenzaron a producirse 120 cuerpos de barbijos por minuto y luego se incorporó el elástico con otra máquina semiautomática. También fue necesario armar un sector aparte en la planta que requirió la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT «por el tipo de producto realizado.
Llegaron a producir 1 millón de barbijos mensuales
“Nuestra planta se convirtió en esencial y pude por lo menos, mantener una parte en producción. Se transformó en un espacio de estrictas medidas y protocolos sanitarios y suspendimos el uso del comedor y las duchas. Llegamos a una producción mensual de 1 millón de barbijos funcionando de 8 a 21 horas con casi el 80 por ciento de nuestra planta de empleados”, cuenta Luciano Galfione.
Fue una salida para mantener el funcionamiento de la planta, pero no una ganancia. “Los números no me cerraban ni por asomo. Solo fabricando los barbijos no podía abastecer los costos. No fue un negocio de rentabilidad sino en un negocio de subsistencia para perder menos Yo perdía igual por más ATP que tuviera. Tenía que seguir pagándole a la gente y la cadena de pagos estaba cortada”, sostiene Galfione,.
Después de tres meses, con la reapertura de la fabricación y la importación –ya que en materia prima se provee de China, India, Italia y Brasil- el corazón del negocio volvió a los hilados. “Mantuve la producción de barbijos por la inversión que hicimos. Pero hoy es sólo el 5% del negocio”.
La máquina se importó desde China
El cambio de política del Gobierno nacional también lo apuntaló. “Cuando asumió Macri liberó las licencias de importaciones y en seis meses tuvimos una invasión de textiles. Fuimos en caída y llegamos tecleando al 2020”, menciona. “Cuando la industria empezó funcionar comenzamos a recuperar producción y superar la previa. Estamos en volumen anterior a 2016”.
Con la crisis de la pandemia “nos partieron de vuelta y fue muy difícil veníamos muy golpeados y por eso volanteamos”. Y agrega: “Cuando al empresario le das previsibilidad, sale a producir. Esto es lo que sabemos nosotros. Sin saber nada de barbijos me puse a investigar, bajé papers empecé a ver productores, coticé en Alemania y llegué a comprar a China. Somos tercera generación. Las pymes tenemos la virtud de volantear rápido”.
Números de la industria textil
De acuerdo con la última encuesta que realizó la Fundación Pro Tejer para evaluar el desempeño de 2020 y determinar las expectativas para este año, la mayoría de las 80 empresas industriales de la cadena de valor afirma que podrá crecer y aumentarán sus ventas. En tanto:
Un 32% de las firmas planea exportar
La capacidad instalada se incrementará para el 56% de las empresas
El 91% planea mantener o ampliar el empleo y el 54,7% considera aumentar las horas trabajadas
El 59% invertirá principalmente para elevar la productividad y a raíz de las expectativas positivas en relación con el mercado interno.
Encuesta de la Fundación Protejer
En tanto, respecto del 2020 para la industria textil, el 40,3% manifestó haber empeorado su desempeño en comparación con 2019 y citan como los principales motivos la caída de las ventas en el mercado interno en un 30% de los casos, el deterioro de la actividad económica, en el 18,8% y el aumento del costo de la materia prima y de los insumos en un 11,3%.
Las empresas que tuvieron un desempeño complicado utilizaron las siguientes estrategias para sortear la crisis.
El 20% utilizó el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para pagar parte de los salarios.
El 17,5% aplicó una reducción de las horas de trabajo
Fuente: Bae Negocios