EN EL DÍA DEL LADRILLERO, CAPITANICH ENTREGÓ EQUIPAMIENTO PARA FORTALECER EL TRABAJO DE 26 CONSORCIOS
La entrega fue en la localidad de Villa Ángela. Se trata de 36 máquinas, 26 amasadoras y 10 moldeadoras, que permitirán mejorar la producción y aliviar el trabajo de las familias ladrilleras, con una inversión de $78.300.000. Además, el gobernador adelantó que se trabaja en un plan de 100 viviendas para el sector, con materiales y mano de obra propia.
Este lunes 22 de agosto se celebra el Día Nacional del Ladrillero Artesanal, por lo que el Gobierno provincial realizó en Villa Ángela un acto para reivindicar el trabajo de los trabajadores. El gobernador Jorge Capitanich y la vicegobernadora Analía Rach Quiroga entregaron equipamiento para 26 consorcios: 26 máquinas amasadoras y 10 máquinas moldeadoras de ladrillos que demandaron una inversión de $78.300.000.
“Queremos que para 2023 los consorcios tengan mecanización, productividad y calidad que les garanticen buenos ingresos con ventas en otras provincias”, dijo el gobernador, y señaló que para lograrlo es necesario recuperar el asociativismo, clave para desarrollar mecanismos de equipamiento y transferencia de recursos.
Los consorcios beneficiados en esta primera etapa son: N° 1 de San Martín, N° 2 de Castelli, N° 3 de Machagai, N° 4 de Sáenz Peña, N° 5 de Barranqueras, N° 8 de Campo Largo, N° 10 de Concepción del Bermejo, N° 12 de Villa Ángela, N° 14 de Ciervo Petiso, N° 15 de La Escondida, N° 16 de Colonias Unidas, N° 18 de Las Palmas, N° 19 de Pampa del Indio, N° 20 y 21 de Tres Isletas, N° 23 de Avia Terai, N° 24 de Machagai, N° 26 de Presidencia de la Plaza, N° 28 de Capitán Solari, N° 30 de El Sauzalito, N° 31 y 32 también de San Martín, N° 33 de La Leonesa, N° 34 de Miraflores, y N° 35 y 36 de Taco Pozo.
Actualmente son 36 los consorcios legalmente constituidos, con 1.715 socios y una producción cercana a los 40 millones de ladrillos por mes. “Podríamos llegar a 100 millones con un movimiento económico de 20 mil millones anuales, pero para eso hay que aumentar la productividad”, remarcó el gobernador, y señaló que eso es posible con la sustitución de la tracción a sangre por tracción mecánica, «que permite tener previsibilidad en los procesos de venta y una producción de buena calidad y homogénea».
Con el método tradicional, un ladrillero produce de 150 a 200 ladrillos por hora, y con las maquinarias puede llegar a 1.200. “Es una gran diferencia, y en ocho horas puede tener 9.600 ladrillos o 10.000”, indicó Capitanich.
Parques ladrilleros, una oportunidad de desarrollo
Es por eso que a través del Instituto de Agricultura Familiar y Economía Popular (IAFEP), el Gobierno trabaja en la creación de parques de ladrilleros para garantizar un espacio donde acopiar la producción y que los trabajadores del sector tengan stock todo el año. “La idea es que los parques puedan acumular una buena producción así las familias no van a sufrir los problemas que siempre tienen: sufren cuando hay sequía porque no tienen agua para producir y sufren cuando hay inundaciones porque hay exceso de agua”, dijo el gobernador.
El mandatario consideró relevante el hecho de tener un parque ladrillero organizado con un sistema de clasificación de ladrillos. “¿Qué es es lo que les piden a ustedes todos los empresarios de la construcción y todos los que les van a comprar ladrillos? Primero, que la muestra de ladrillos tenga la misma medida con el mismo molde y la misma mezcla, eso significa producto homogéneo y de buena calidad”, insistió Capitanich.
“Para que ustedes sean previsibles en los procesos de venta tienen que producir ladrillos de buena calidad en forma homogénea y en una cantidad suficiente para abastecer la demanda de quienes quieren comprar. Este es el primer paso, pero hay que lograr mecanizar toda la cadena y hacer parques de ladrilleros para el excedente de producción, y para que cuando alguien quiera comprar ladrillos sepa que hay ladrillos homogéneos, de buena calidad y con buen precio, tanto para vender acá como en otras provincias a precio diferencial”, sostuvo.
Como parte de estos objetivos el gobernador adelantó que se trabaja en un plan de construcción de 100 viviendas destinadas a ladrilleros, que precisamente se ejecutarán con ladrillos producidos por los consorcios. “A partir de ahora hacemos un plan para que el ladrillo lo produzcan ustedes, para que las casas las construyan ustedes y que nosotros les garanticemos la provisión de materiales”, les dijo a las y los trabajadores.
En el evento estuvieron presentes el ministro de Planificación, Economía e Infraestructura, Santiago Pérez Pons; la secretaria de Municipios, Beatriz Bogado; el presidente y el vicepresidente del IAFEP, Mauricio Andión y Osvaldo Chiaramonte, respectivamente; y el administrador de Administración General de la Dirección de Vialidad Provincial (DVP) Hugo Varela.
Un antes y un después
Pérez Pons valoró la política de obra pública que mantiene la gestión provincial para fortalecer a cada sector de la construcción. “Queremos que la industria ladrillera siga creciendo en el Chaco, hoy invertimos fuertemente en más obras de infraestructura sabiendo que además de llevar respuestas a la gente estamos ocupando mano de obra local y potenciando emprendimientos locales, como la ladrillera de cada localidad. Así garantizamos que más trabajadoras y trabajadores tengan un ingreso formal y digno”, manifestó.
El presidente del Consorcio de Sáenz Peña, Oscar Misky González, destacó que el Gobierno provincial tiene “una mirada especial” para el sector. “Capitanich creó el registro de ladrilleros, el monotributo social y ahora nos entregan estas máquinas que nos demuestra que hay otra forma de hacer ladrillos”, valoró González, y aseguró: “esto nos brinda mejores condiciones de trabajo, podremos producir más y mejor para abastecer tanto al empresariado local como a quienes vienen desde otros lugares. Por eso la entrega de las máquinas es un hecho histórico, va a haber un antes y un después del día de hoy”.
Analía Díaz del Consorcio de Campo Largo, destacó que gracias al apoyo del gobierno, con las ayudas a los consorcios y con la alta demanda de ladrillos que generan las obras en ejecución, el trabajo se hizo más fluido. “Hoy mis cuatros hijos están estudiando en la universidad”, destacó, y agradeció poder tener las maquinarias “que traerán alivio a las espaldas de quienes trabajan en el sector”.