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El litio, la gran apuesta de la Argentina para insertarse en el mundo que viene

El país tiene importantes reservas de este mineral cada vez más buscado por su uso en celulares, notebooks y es clave para la producción de vehículos eléctricos. La industria se muestra a todas luces como la gran oportunidad para el desarrollo de energías renovables y la movilidad sustentable en el mundo

Aun en plena pandemia, hay temas que aunque ceden protagonismo, siguen cerca de la superficie informativa, por su relevancia para el presente y el futuro de la Argentina y de los argentinos.

Uno de esos temas que llegó para quedarse, es el de la explotación del litio como alternativa para la reactivación económica del país y su posicionamiento a futuro como actor de relevancia a nivel mundial.

Y es que la industria del litio se muestra a todas luces como la gran oportunidad para el desarrollo de energías renovables y la movilidad sustentable en el mundo, unido a lo cual hay que destacar que la Argentina es la tercera productora de litio y la tercera reserva del mundo. Forma parte del «triángulo del litio», junto con Bolivia y Chile, ya que los tres países cuentan con salares con niveles de concentración de ese mineral que hacen que su explotación sea sumamente competitiva y rentable.

De acuerdo con la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), Argentina, Bolivia y Chile concentran el 60% de las reservas mundiales de este metal alcalino clave para el desarrollo de las baterías de los dispositivos móviles y los autos eléctricos.

Versatilidad
Pero ¿porqué es tan importante y tiene tanta proyección el litio? Según informa el medio mexicano El Universal, el Laboratorio Nacional Los Alamos, ubicado en Estados Unidos, señala que el litio es el metal más ligero de todos, ya que su densidad es de aproximadamente la mitad que la del agua, y se utiliza en la fabricación de aviones y baterías.

Por sus características, el litio es la mejor opción para ser empleado como sustrato en las baterías, ya que sus átomos son extremadamente pequeños, lo que les permite poder insertarse dentro de la red que forman las moléculas de las cuales están hechas dichas baterías. Otra característica fundamental es que se trata de un material electropositivo y excelente transportador de carga, y por último no sufre tanto el desgaste – en comparación con otros materiales – en el proceso de carga y descarga de las baterías.

Por su parte, la Real Sociedad de Química (Royal Society of Chemestry), indica que el litio es de gran importancia debido a que se usa en la producción de baterías recargables para teléfonos móviles, computadoras portátiles, cámaras digitales y vehículos eléctricos. Además, el litio también se utiliza en baterías no recargables para marcapasos, juguetes y relojes. Combinado con aluminio y magnesio, el litio se convierte en un material más resistente y ligero. La aleación de magnesio-litio se utiliza para el blindaje, mientras que las aleaciones de aluminio-litio se utilizan en aviones y trenes de alta velocidad. El cloruro de litio se utiliza en sistemas de aire acondicionado y secado industrial. También tiene aplicaciones nucleares. En tanto que el carbonato de litio se usa en medicamentos para tratar la depresión.

Este largo listado de aplicaciones industriales explica su importancia y el incremento en la demanda.
Según datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), la Argentina es el cuarto productor mundial de carbonato de litio con 6.400 toneladas anuales y el segundo con mayor cantidad de reservas, 14,8 millones de toneladas, solo superado por Bolivia que cuenta con 21 millones de toneladas, según agrega una publicación de la FAN.

Pero aún más importante, es que la Argentina ocupa el primer lugar en inversiones para exploración de litio de los últimos dos años y, según estimaciones, podría llevar sus exportaciones de 190 millones de dólares en 2019 a 2101 millones de dólares en 2030, una proyección más que importante para un sector que registraba 4400 empleos directos e indirectos a mediados de 2020.

Actualmente, en nuestro país existen dos minas en funcionamiento que serán ampliadas próximamente – una en Catamarca y una en Jujuy – y dos en construcción – una en Salta y otra más en Jujuy -, las cuales proyectan para el 2022, tener la capacidad de producir 135 mil toneladas anuales de carbonato de litio.

Oportunidad
Debido a que el mundo entró en un camino que parece irreversible, en el que la llamada «energía verde» está llamada más temprano que tarde a reemplazar a la producida por los combustibles fósiles, y al avanzado estadio de desarrollo de, por ejemplo, los vehículos eléctricos como los famosos Tesla, se hace evidente que la necesidad global de baterías en mayor cantidad y con mayor capacidad, vuelve de innegable interés no sólo la explotación del litio sino la posibilidad de exportarlo con valor agregado.

Con el objetivo de incentivar esta reconversión productiva y pasar de una economía extractivista del litio a una producción basada en la innovación, el gobierno anunció el envío al Congreso del Proyecto de Ley de Movilidad Sustentable y Electromovilidad, elaborado por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación que lidera Matías Kulfas. La iniciativa apunta a impulsar la industrialización del litio, la incorporación de los fabricantes de autopartes y la renovación de la flota del transporte público – buses eléctricos en reemplazo de los basados en combustibles fósiles -, en el marco de lo que se denomina «agenda verde», según señaló La Opinión Austral.

Al respecto, el secretario de Minería, Alberto Hensel, afirmó que la Argentina puede llegar a alcanzar en 2030 una participación del 17% en la provisión global de la demanda futura de carbonato de litio, al tiempo que aseguró que el interés del Gobierno es «la conversión de ese recurso en tecnología desarrollada en el país» a través de una cadena de valor integral que permita un producto de alto valor agregado.

Hensel hizo estas declaraciones al participar en el seminario «La industria argentina del litio y su papel en la transformación de la matriz energética local», organizado por el Banco Iberoamericano de Desarrollo, el Wilson Center y la Embajada Argentina en Estados Unidos.

En su exposición, Hensel recordó que la Argentina alcanzó en 2019 el primer destino de inversión en explotación en litio tras un crecimiento exponencial, lo que permitió colocar al país en el podio de los países con mayores recursos identificados y en el tercer productor global detrás de Australia y Chile.

Los precios del litio continúan su gran crecimiento ante la inminencia de un boom de vehículos eléctricos y en medio de una fuerte demanda de esta materia prima por parte de los grandes fabricantes de baterías.

Según los pronósticos, este incremento podía ser similar al de la subida del petróleo en la década de 1970 o al «superciclo alcista» en las materias primas impulsado a principios de la década de 2000 por las economías emergentes del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Fuente: BAE Negocios

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