Coronavirus en Misiones: Camionera contó que no la controlaron al volver a la provincia desde Buenos Aires; dio positivo
Damaris Bar, la joven camionera de 24 años oriunda de la ciudad de Leandro N. Alem y residente en Posadas que este jueves se convirtió en el caso número 82 de coronavirus en la provincia de Misiones, contó que por su trabajo viajaba dos veces por semana a Buenos Aires. Además dio detalles sobre los controles de tránsito a los que debía someterse al reingresar a su provincia, describiéndolos como poco rigurosos.
Bar explicó que confirmó su contagio tras hacerse un examen de manera particular, y se encuentra realizando aislamiento domiciliario en Posadas, en una propiedad que le prestaron los dueños de la empresa de transportes para la que trabaja.
En declaraciones a la radio posadeña Red Ciudadana, contó que venía viajando hasta dos veces por semana a Buenos Aires, por su trabajo. Y que el viernes de la semana pasada, cuando reingresó a Misiones por uno de los dos únicos accesos habilitados actualmente para entrar a la provincia -el de Centinela, por la ruta 14-, no la controlaron.
“Ingresé a la provincia el viernes pasado, por Centinela. Allí no me pidieron nada -relató-. A veces ingreso dos veces por semana y me piden solo el número de documento, el número de teléfono, la temperatura, y me hacen llenar una planilla que no sirve para nada, cuando hay gente que nunca levanta fiebre con el virus”.
La joven había generado cierto revuelo el jueves cuando, respondiendo a versiones que decían que estando contagiada había estado en contacto con familiares y amigos suyos en distintos lugares de Leandro N. Alem, publicó en sus redes sociales un mensaje que decía: “Sí, gente, di positivo para Covid. Pero no sean una manga de ignorantes como si fuera pecado tener el virus de mierda ese”.
Desde hace tres meses viaja a Buenos Aires dos veces por semana. Foto: Facebook
Además, entrevistada en la radio FM Santa María de las Misiones, minimizó los efectos de la enfermedad. “La verdad es que no es tan así como dicen, el virus es como una gripe nomás, no pasa nada, la gente exagera, los noticieros exageran”, expresó. Acerca de sus síntomas, detalló: “Tuve pérdida de olfato, nada más que eso, no me duele el cuerpo, no tuve fiebre, nada”.
Este viernes explicó que esas expresiones habían sido influidas por su estado de ánimo al saber que tenía coronavirus. “Ayer me dejé llevar por el trajín al que te lleva el virus, la gente se desespera. Dije cosas que por ahí fueron desubicadas, pero no por eso tienen que tratar mal a mi familia. Si yo sabía que tenía el virus, nunca iba a ir para allá”, comentó.
“Me hicieron una nota -agregó-, yo estaba mal porque a mi familia la están molestando, están metiendo gente en el medio, que nunca estuvo conmigo”.
“Sabemos cómo es la gente que exagera todo. Yo estuve con algunos familiares: mamá, padrastro, tíos, pero ellos están aislados y todos estamos siendo monitoreados por el Ministerio de Salud (de la Provincia)”, dijo.
Camionera por herencia familiar
Hija y hermana de camioneros, Damaris Giuliana Bar está detrás del volante de un Fiat Iveco desde junio de este año. “Antes fui acompañante de mis hermanos (Leonardo y Carlos) o mi papá (Carlos)”, contó en una nota que le hizo el diario Primera Edición apenas un mes antes de que se contagiara coronavirus.
Hija y hermana de camioneros, Damaris Bar sigue la tradición familiar. Foto: Facebook
En esa misma nota explicó que su función dese junio es trasladar containers hacia el Puerto de Buenos Aires. “El primer viaje salió de improviso -reseñó-, de la nada. Fui todo el viaje nerviosa y volví de la misma manera. Llevé madera que cargué en Gobernador Virasoro (en la provincia de Corrientes), y fui hasta el puerto de Buenos Aires. Iba con el corazón en la mano, porque además de todas las situaciones complicadas que se presentan, como el intenso tráfico, no quería hacer ninguna macana durante el primer viaje. Eso era lo más importante. Estoy aprendiendo a manejar en Buenos Aires, nunca antes entré manejando y ahora me tuve que mandar”.
Antes de ser camionera estuvo en el Ejército Argentino desde sus 19 años, en 2015, hasta que pidió la baja tres años más tarde. “Salí del secundario en 2013 -relató-, me tomé un año sabático para viajar con papá, y en 2015 ingresé a la fuerza, y tuve como destino Puerto Santa Cruz. Siempre me gustó el uniforme y me inclinaba por ingresar a la Prefectura Naval pero surgió lo del Ejército, y entré”.
Después pidió la baja para hacer lo que le apasiona: “Siento que esto es lo mío ¡me encanta!. No es complicado, para mí no hay límites, no por ser mujer no puedo hacerlo. Es lo que me gusta. Estar arriba del camión me produce una felicidad inmensa”.