Además de Argentina, la OMS confirmó que la cepa británica del COVID-19 ya fue detectada en otros 50 países
El organismo también advirtió por una “variante preocupante” hallada en Japón. Según se indicó, el alto nivel de transmisión y replicación del virus facilita la aparición de nuevas versiones, que amenazan con la eficacia de la inmunidad.
Este sábado se confirmó el primer caso de la cepa británica del coronavirus en Argentina. Se trata de un argentino residente en Gran Bretaña que en el último tiempo viajado por Austria y Alemania por cuestiones laborales y había arribado a Buenos Aires a fines de diciembre desde Frankfurt sin presentar síntomas de la enfermedad.
“El Consorcio interinstitucional para la Secuenciación del genoma y estudios genómicos de SARS-COV-2, creado por @ciencia_ar detectó en un viajero proveniente del exterior la variante del SARS-CoV-2 del Reino Unido. Ya se ha informado a las autoridades sanitarias”, informó el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Roberto Salvarezza.
Luego de que el paciente en cuestión diera positivo en el test de antígenos en saliva que se realizó en el centro de control de turistas en el Aeropuerto de Ezeiza, posteriormente se certificó en el Laboratorio de Biología Molecular del Hospital Pedro de Elizalde que se trata de una cepa que nunca antes se había registrado en nuestro país.
Esta variante ya ha sido detectada en varios lugares del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mutación del coronavirus identificada en Reino Unido está presente en 50 países, y la variante localizada en Sudáfrica fue detectada en otros 20 territorios.
La institución también advirtió que una tercera “variante preocupante” hallada en Japón puede tener un impacto en la respuesta inmunitaria y necesita ser más investigada.
“Cuanto más se extiende el virus SARS-CoV-2, más ocasiones tiene de cambiar. Si hay niveles altos de transmisión, tenemos que pensar que surgirán más variantes”, dijo la OMS.
Desde que fue comunicada a la OMS el 14 de diciembre, la variante británica VOC 202012/01 ha sido detectada en 50 países, territorios y áreas, afirmó.
Los análisis de los resultados muestran que la edad y el sexo de las personas contagiadas son parecidos a las otras variantes. Los datos de rastreo de contactos revelan asimismo “una mayor transmisibilidad (tasa de ataques secundarios) cuando el caso índice tiene la cepa variante”.
La mutación detectada en Sudáfrica, llamada 501Y.V2, comunicada el 18 de diciembre, se encuentra ahora en 20 países, territorios y áreas, agregó la agencia.
“A partir de investigaciones preliminares y en curso en Sudáfrica, es posible que la variante 501Y.V2 sea más transmisible que las variantes que circulaban antes en Sudáfrica”, precisó el informe semanal de la OMS. “Aunque esta nueva variante no parece causar enfermedades más severas, el rápido aumento en el número de casos ha puesto el sistema sanitario bajo presión”.
La propagación de ambas variantes está infraestimada, advirtió la OMS, debido a la distorsión de datos causada por los países con capacidad de analizar la secuenciación del virus.
Las variantes son versiones diferentes del coronavirus inicial que aparecen con el tiempo, a medida que el virus muta, cosa que sucede cuando se replica. Hasta ahora, se habían observado múltiples mutaciones del SARS-CoV-2, la mayoría sin consecuencia. Pero otras pueden mejorar su supervivencia, por ejemplo, volviéndolo más contagioso.
Las variantes que emergieron en Reino Unido, Sudáfrica, Brasil y Japón -este último con la llegada de una familia procedente del gigante sudamericano-, tienen en común una mutación llamada N501Y, que explicaría su mayor transmisibilidad. Esta se sitúa en la proteína “spike” del coronavirus, una prominencia que le permite penetrar en las células.
Pero para la mutación E484K, pesan otro tipo de sospechas. Unos test en laboratorio mostraron que con esta, el organismo parece reconocer menos el virus, disminuyendo por tanto su neutralización por parte de los anticuerpos.
Fuente: Infobae