Ciudad y provincia de Buenos Aires aguardan datos epidemiológicos para definir medidas
Las autoridades de los Gobiernos bonaerense y porteño coincidieron en que los próximos días serán clave para decidir cómo continúa el aislamiento para mitigar los casos de coronavirus.
Autoridades de los Gobiernos bonaerense y porteño coincidieron hoy en que los próximos días serán clave para decidir cómo continúa la cuarentena después del 17 de julio, cuando vence la etapa estricta del aislamiento, aunque en la Ciudad adelantaron que pueden acudir a «tácticas diferentes» para la nueva etapa, pero «siempre en una estrategia conjunta».
El gobernador bonaerense Axel Kicillof expresó que es «bastante optimista» sobre el resultado de la actual fase del aislamiento con mayores restricciones en el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), pero advirtió que «entre las medidas que se toman y los resultados que se obtienen, pasa un tiempo bastante largo, de 10 o 15 días».
«Si hay una correlación directa y una consecuencia que tiene la baja de movilidad, es la baja de contagios, y eso todavía no se observa porque lo que se ve hoy en los tests son contagios ocurridos en días previos a la cuarentena más fuerte», explicó el gobernador Kicillof, que agregó que esperaba que «los resultados sean más determinantes», a partir de los datos vinculados al aislamiento estricto.
Por otra parte, el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, estimó que después del próximo viernes se pueden llegar a «tomar decisiones con tácticas diferentes» entre la Ciudad y la Provincia, pero «siempre en una estrategia conjunta».
«La semana que viene será clave para definir qué tipo de cuarentena nos planteamos después del 17 porque vamos a saber qué pasó a partir del 1 de julio y se tomarán las decisiones en conjunto» con la Nación y la provincia de Buenos Aires, explicó.
Santilli resaltó que existe «una estrategia conjunta en la región metropolitana, que es indivisible, pero también la táctica puede ser diferenciada: se puede tener dentro de una estrategia alguna medida distinta a otra».
«La economía de la Ciudad es de servicios y comercial», mientras que «la de la provincia también, pero es fundamentalmente industrial», dijo Santilli, e indicó que por ese motivo «se necesitan medidas diferentes:».
«No podemos abrir toda la Ciudad y no abrir la provincia de Buenos Aires, eso se hace con una estrategia en común», completó.
En tanto, el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, consideró que «no hay datos epidemiológicos que indiquen que se pueda liberar mucho la actividad» y estimó que «se puede liberar un poquito y muy organizado porque muy rápidamente se puede perder lo que se construyó».
«La estrategia tiene que ser en común porque el AMBA es un conglomerado que funciona como un conjunto; es cierto que suele haber algunas diferencias o matices, pero no es donde debe hacerse el esfuerzo, sino en trabajar en conjunto para prevenir», manifestó el funcionario.
En otro orden, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, dijo que entre el lunes y miércoles de la próxima semana se podrá observar «el impacto de la intensificación del esfuerzo» que se hizo a partir del 1 de julio para decidir una eventual apertura de actividades en la Ciudad.
«La expectativa es que el esfuerzo de la gente y el Gobierno con los operativos Detectar va a tener impacto y los números van a demostrar que la curva se puede contener», afirmó Quirós.
La curva de contagios de la Ciudad «está relativamente contenida, relativamente achatada y crece a velocidad relativamente pequeña», aseguró el ministro, aunque estimó que «es imposible predecir» lo que va a ocurrir y pidió esperar los números de las próxima semana.
Quirós sostuvo que en «los últimos dos o tres días, hubo una suba de 50 o 100 casos diarios, pero todavía estamos atravesando el período de impacto del modelo anterior» al 1 de julio.
El funcionario explicó que el Gobierno analiza cuatro dimensiones para determinar cambios en la flexibilización del aislamiento: los casos diarios de coronavirus, la velocidad de la curva de contagios, la cantidad de camas de terapia intensiva ocupadas y el humor social.
Además, Quirós insistió en la necesidad de «acordar una estrategia general sobre lo que está pasando en el AMBA, que es un conglomerado que no puede mirarse de manera aislada», aunque luego la provincia de Buenos Aires y la Ciudad «implementen de manera diferente esas políticas acordadas».
Fuente: Télam