Resistencia: Buscan dar con el degenerado y violento que agrede a mujeres ciclistas
El hecho sucedió en pleno macrocentro y en un horario concurrido. se pudo conocer el testimonio de otras víctimas, que aseguran que se trataría de la misma persona.
Muchas de las jóvenes que fueron víctimas de este nuevo tipo de violencia aseguran que deben andar de noche o en horarios de la siesta por las calles y temen que puedan volver a ser víctimas del violento que las hostiga. Inclusive, sienten vergüenza, miedo e incertidumbre incluso sobre retomar actividades como ir al trabajo, al gimnasio o salir a hacer compras solas.
Caso testigo
La mujer, a la que llamaremos Graciela, para preservar su identidad explica que “sucedió este jueves, aproximadamente entre 20.15/20. A esa hora yo vuelvo sola del gimnasio en bici, mientras mi marido se queda cuidando a mis hijos. Venía por Echeverría hacia los números ascendentes, fue en la cuadra entre el 700 y el 800 (yendo desde el centro)”.
“Siento que una moto venía circulando y se frena para ubicarse detrás de mí. Lo primero que se me cruzó por la mente es que podría ser alguien que intentaba robarme la bici. De repente, sentí un golpe fortísimo en una de mis nalgas, tanto así que se tambaleó toda la bici y por poco caigo al asfalto producto de la agresión”.
“Pese al desafortunado episodio intenté acelerar para ver la patente de la moto del agresor, pero no portaba la misma. Lo único que pude llegar a ver fue que andaba en una moto tipo cross (grande), tenía una remera blanca y calculo tenía entre 30 y 35 años. Como era de noche no supe distinguir la tez del conductor. Si recuerdo que tenía una mochila negra con unos vivos, quizás naranja o rojo, no estoy segura. Además, tenía casco y barbijo, por lo que no pude distinguir rasgos de la persona”, explicó Graciela.
“Inmediatamente después de la agresión el hombre siguió por Echeverría a gran velocidad y lo perdí entre los autos. La moto tenía plásticos en color negro, rojo y blanco”, recuerda la joven atacada.
Rememora que no es la primera vez que le pasa algo similar. Afirma haber padecido un episodio similar hace algunos años, pero fue más parecido a un manoseo al pasar, no ejercieron violencia como en esta ocasión.
“Imaginate que me quedó toda la piel levantada, me pegó con mucha fuerza. Creo que no quiso tocar, directamente me pegó”, asegura. Y añade: “había bastante gente en las veredas, que fueron sorprendidos por el golpe y se dieron vuelta a mirar si me caí o me pasó algo”.
Sobre el hecho indica: “estoy tratando de dar con algún vecino del lugar que pueda aportar un material fílmico, para avanzar en la identificación de la moto y de la persona”.
En cuanto a su estado anímico, Graciela refiere: “por ejemplo hoy tendría que haber ido al gimnasio y no fui por el miedo que tengo. Incluso pensé que al compartir lo que me pasó esa persona pueda tomar represalias, o bien sabe mis movimientos habituales y pueda buscarme nuevamente. Creo que si fue tan enfermo de hacer lo que hizo no le va a molestar mucho seguirme y golpearme nuevamente”.
Miedo, dudas e inseguridad
“Voy a ver si se me va pasando el miedo y la bronca, y la semana que viene intento salir nuevamente. La verdad que muchas veces ando con mi bebé sola por el barrio y me da mucho miedo saber que esa persona anda suelta por la calle”, expresó la mujer.
“Lo único que atiné a hacer cuando llegué a mi casa es a contar lo que pasó en mis redes sociales, tras lo cual recibí muchísimos mensajes de chicas a las que les pasó lo mismo. Incluso, intercambiando detalles coincidimos en las descripciones y aparentemente se trataría de la misma persona”, concluyó.
Fuente: NORTE