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Formosa, Misiones y Chaco lideran las cifras de niñas y adolescentes madres que viven en matrimonio o convivencia

Casi el 5 % de las niñas y adolescentes del país están casadas o conviven con varones que les llevan entre 10 y 15 años. Son al menos 230 mil las menores de 18 años en esta situación. La cifra se desprende de un estudio de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) en el marco del Proyecto Matrimonios y Uniones Convivenciales en la Argentina.

“Todavía es un tema que está invisibilizado, y esto tiene que ver con su naturalización, con factures sociales y culturales que no cambian. Intentamos analizar cuáles son los factores determinantes familiares que favorecen estas uniones para ver de qué manera se pueden prevenir estas situaciones”, explicó Mabel Bianco, médica y directora de FEIM.

Para Bianco, lo más importante es insistir en que “las uniones con niñas y adolescentes no son vistas como una forma de abuso y de violencia, cuando en la mayoría de los casos lo son”.

En el estudio se analizó la relación de estas uniones con problemáticas como el  abandono escolar, la maternidad adolescente y el aumento de la violencia de género. Se hizo en base a datos del Censo de 2010, el último disponible.
El Matrimonio Infantil incluye toda unión formal o informal en la que una o ambas partes tienen menos de 18 años. Es forzado si uno o ambos no consintieron libremente. En menores de 15 es siempre forzado ya que no tienen capacidad de consentir.

Las provincias de Misiones, Chaco y Formosa lideran las cifras de niñas y  adolescentes madres que viven en matrimonio o convivencia. Se elaboró un mapa según departamentos que muestran las áreas con mayor frecuencia.
Se analizaron los problemas mas frecuentes que conlleva el matrimonio o las  uniones en la adolescencia, entre ellas la violencia que padecen las chicas en  mayor medida, con un claro predominio en las regiones de NEA y NOA .

Alrededor del 80-90 % de las niñas y adolescentes conviven con el agresor y  en la mayoría de los casos de violencia y/o femicidio se dan en los mismos  hogares y/o de familiares próximos.
La violencia contra las niñas menores de 14 años es ejercida por los padres  y/o padrastros y en las adolescentes de 15 a 18 años, varones jóvenes entre  18 a 29 años. Esta violencia creció a partir del aislamiento por COVID.

∙ El tipo de violencia que prima es la física y psicológica, pero también inciden violencias de tipo simbólica, sexual y económica, especialmente para el rango  de 15 a 19 años.
∙ Es necesario un análisis sobre la interseccionalidad de las niñas y adolescentes  víctimas de violencia (migrantes, indígenas, con discapacidad). Si bien en las  regiones de NEA y NOA, el factor cultural y étnico influye en las altas  frecuencias, debido a la migración a otras provincias es difícil saber en qué medida siguen pesando estos factores en otras áreas. La pobreza es un  determinante también de estas uniones o matrimonios.
∙ El aislamiento, la restricción de la libertad y el embarazo posicionan a las niñas y adolescentes en una relación desigual de poder con sus parejas y con la  imposibilidad de poder acceder a información, atención de su salud, educación  y a sus redes familiares, volviéndose un círculo peligroso de violencia. Esto  último se vio incrementado con el COVID.
(Fuente: Guau Formosa)

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