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6 DE JUNIO: Se celebra el Día de la Ingeniería en Argentina

El origen de esta fecha y un análisis de las perspectivas laborales que tiene la profesión en el futuro. Además, los desafíos que falta abordar.

El día de la Ingeniería Argentina se celebra el 6 de junio de todos los años porque ese día de 1870 egresó del Departamento de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires el primer ingeniero civil de Argentina: Luis Augusto Huergo.

En 1918, por primera vez, se graduó como ingeniera una mujer: Elisa Beatriz Bachofen. Fue la primera ingeniera de Argentina y Latinoamérica. Trabajó en diferentes entidades, participó de congresos científicos, recibió diplomas de honor y varias distinciones a lo largo de su carrera.

En alusión a esta fecha, Infobae contactó a diferentes profesionales de la materia para que analicen la relevancia de esta profesión y su proyección a futuro, así como los pendientes que aún quedan por abordar en este rubro.

El rol de la ingeniería: presente y futuro
“La ingeniería es una carrera que enseña a resolver problemas, a construir y a crear en base conocer la naturaleza y a reglas creadas por la humanidad. El gran desafío de la ingeniería actual y futura es pensar la solución del problema desde el principio al fin, teniendo en cuenta al medioambiente y a la sociedad, todo en su conjunto. Aquellas especialidades que combinen estas perspectivas junto con la tecnología que se va desarrollando serán las más requeridas”, subraya Olga Cavalli,ingeniera en electrónica y electricidad, autora del libro “Gobernanza y regulaciones de internet en América Latina”.

Olga Cavalli, autora de «Gobernanza y regulaciones de Internet en América Latina»
Consultado sobre las ingenierías que más perspectiva tiene a futuro, el ingeniero Andrés Agres, rector del ITBA subrayó que “está creciendo la demanda de carreras que conjuguen la gestión de negocios y la analítica de datos, o la sinergia mutua entre biología y tecnología. La informática sigue consolidándose como el campo de conocimiento transversal y movilizador de toda la ingeniería”.

Según los últimos datos del Consejo Federal de Decanos de Ingeniería (CONFEDI), en 2018 egresaron 9.239 ingenieros. Un número bastante inferior al de los egresados de otras disciplinas. En las carreras de sociales, abogacía y psicología egresan casi 34.000 alumnos por año. Prejuicios ante lo que se percibe como una carrera muy exigente, dificultad para sostener la cursada en el tiempo y otros motivos están detrás de esta marcada diferencia, según analizaron diferentes expertos, en esta nota.

Ingeniero Andrés Agres, rector del ITBA
El desafío en un contexto cambiante
En el marco de los constantes cambios, a veces desde diferentes enfoques y en distintas partes del mundo se ha planteado que la duración de las carreras universitarias podrían redefinirse, para hacerlas de más corta duración. En este sentido, se apela al surgimiento de necesidades puntuales que se pueden resolver con especializaciones cortas y frecuentes, en el marco de la necesidad constante de actualización que surge hoy en día en todas las disciplinas.

En este sentido, Agres subrayó que “es importante distinguir entre la actualización de conocimientos y la formación integral transformadora de personas. Lo primero se logra con cursos más o menos cortos, lo segundo requiere un tiempo de maduración. Dicho esto, creo que existe una oportunidad y tendencia hacia la modularidad y consiguiente versatilidad. Un futuro donde una formación transformadora se realice a través del ejercicio de opciones, más electivo que prescriptivo, generando diversos perfiles profesionales. Donde el tiempo invertido pueda ser similar al actual, pero que el camino recorrido sea personalizado”.

Por su parte, la ingeniera informática Mariana Melbardis ve en la diversidad y los cambios constante una oportunidad para seguir creciendo. “Me apasiona la Ingeniería. Me dio la posibilidad de pensar y abordar problemas complejos y plantearme retos y desafíos de manera permanente. El campo de acción es muy amplio”, dijo. Y añadió: “las prioridades en los negocios cambian y por ende los campos de acción cambian. La formación de ingeniero te permite flexibilizar este cambio, adaptarte de manera rápida. Si bien es una ciencia dura, la realidad es que cada vez más vemos más ingenieros focalizados en transformación de negocios y experiencia de usuario, entre otros temas”.

Elisa Beatriz Bachofen, primera ingeniera argentina.
Las mujeres en ingeniería
Las mujeres son minoría en ingeniería. Los números son contundentes al respecto: de los 9239 egresados registrados en 2018, apenas un 24,4% son mujeres. Y este es un patrón que se repite hace años.

“Hace 23 años, desde que inicié mi formación como Ingeniera Electrónica, soy parte de una minoría en la actividad. Esto no ha cambiado. Tenemos el primer baldazo de disparidades en la universidad, a la que ingresamos, en varios casos, sin mucha fe por parte de nuestro entorno cercano”, cuenta la ingeniera Laura Sánchez. Y añade: “Si somos pocas en el aula, somos menos en las fábricas u oficinas y contadas con los dedos o nulas en puestos jerárquicos. Lejos de tener una mirada fatalista, se hace evidente la necesidad de cambios en lo concreto, que no puede partir únicamente de políticas inclusivas por parte de los empleadores: políticas que mayormente no avanzan de una postulación porque carecen de una base anterior que las sustenten”.

La ingeniera hace alusión a los estereotipos que se reproducen desde la primera infancia y que parten desde la elección de los primeros juegos hasta los referentes que se instalan socialmente como modelos a seguir. En este sentido, un primer cambio fundamental para propiciar mayor interés en la ingenierías en general así como en otras ciencias duras sea el de otorgarle mayor presencia en los medios, los cuentos, las películas y todas las formas de relato a las mujeres destacadas en estas disciplinas.

En sintonía con esta lógica, desde el Consejo de Decanos de Ingeniería Argentina (CONFEDI) y el Latin American and Caribbean Cosortium of Engineering Institutions (LACCEI), editaron el libro Matilda y las Mujeres en Ingeniería en América Latina. El texto busca homenajear y darle visibilidad a aquellas mujeres pioneras de esta actividad en la Argentina y en la región. Es la segunda parte de un primer libro que se publicó el 8 de marzo.

En esta publicación se reúne a 44 autoras y autores de 10 países que hicieron su aporte a través de 39 artículos, 19 de los cuales corresponden a la Argentina. Entre ellos, se destaca el de Marina Rosso Siverino, vicepresidenta del Departamento Técnico del Centro Argentino de Ingenieros (CAI), quien la temática “Desafíos nuevos y recurrentes para las mujeres de la ingeniería”.

La idea del libro es desandar los estereotipos que limitan el acceso o interés a las ciencias duras por parte de las niñas. En este sentido, se busca incentivar a las jóvenes a estudiar ingeniería o al menos poder acercarse sin prejuicios limitantes para elegir, libremente, este camino si así lo desean.

“Los libros de Matilda pretenden contrarrestar ese fenómeno. Son parte de las acciones de la Comisión de Mujeres en Ingeniería de CONFEDI para promover la vocación por la ingeniería en niñas, niños, adolescentes y mujeres y la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres en el campo de la ingeniería”, expresaron desde la institución.

Fuente: Infobae

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