27 de octubre: Día Mundial del Patrimonio Audiovisual
Los documentos audiovisuales —tales como las películas, los programas de radio y televisión, y las grabaciones de audio y video— son patrimonio de todos y contienen información clave de los siglos XX y XXI, que forman parte de nuestra historia e identidad cultural.
Las tecnologías audivisuales ofrecieron nuevas vías para compartir el conocimiento y expresar la creatividad. Además, derribaron muchas de las barreras culturales, sociales y lingüísticas que impedían la difusión de la información, como el idioma o el grado de alfabetización. Los documentos audiovisuales transformaron la sociedad y pasaron a complementar a los escritos. Pero desde la invención de la industria audiovisual, incontables producciones de gran valor histórico y cultural han desaparecido.
Por este motivo, la UNESCO aprobó en 2005 la celebración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, como mecanismo para concienciar al público sobre la necesidad de tomar medidas urgentes y reconocer la importancia de este tipo de documentos. En esta línea, el Programa Memoria del Mundo también impulsa la valiosa labor de los profesionales que se dedican a la preservación y ayuda a gestionar los aspectos técnicos, políticos, sociales y financieros, entre otros, que amenazan la salvaguardia del patrimonio audiovisual.
Reconectar con nuestro pasado a través del sonido y la imagen, tema de 2019
Nuestras historias colectivas a menudo se capturan en formatos de película, video, audio o digital y, a través de ellas, podemos a aprender sobre el pasado y compartir nuestras propias historias con las generaciones futuras.
Cada vez más, las grabaciones se convierten en nuestros recuerdos y cuentan las historias que constituyen nuestro patrimonio cultural. En reconocimiento a los esfuerzos de preservación de los miles de archiveros, bibliotecarios y cuidadores de todo el mundo que se preocupan por estas valiosas colecciones, el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual de este año celebra nuevamente su dedicación y experiencia.
Sin el conocimiento y la dedicación necesarios para preservar, digitalizar y proporcionarnos acceso, grandes porciones de nuestro patrimonio cultural desaparecerían y se perderían para siempre.